jueves, 22 de noviembre de 2012

Había una vez un circo …




Cuando me enteré de la noticia de la muerte de Miliki, vinieron a mí recuerdos entrañables de la niñez y me sentí triste. Fue como si me despojasen de una parte de mi infancia; esa que, hecha a base de rombos y en blanco y negro, los payasos de la tele llenaban de color las tardes de los sábados.

Soy uno de sus “niños de 40” y me acuerdo de esas tardes como si fuesen ayer. Los payasos de la tele en casa de mi amigo Antonio. Allí merendábamos y gritábamos como locos ¡Bieeeeeeeeeeen!, cuando ellos preguntaban ¿Cómo están usteeeeeeeeeedes? ¡Cúantas risas, con sus parodias, y cuántas canciones! Todavía las canto cuando viajo en el coche con mis hijas.

Todos los que disfrutamos contigo te damos las gracias por habernos hecho pasar momentos felices. Te has ido a dar una vuelta en el auto de papá, ... con Susanita, con don Pepito, con don José, … allá donde estés, quiero que sepas que alegrabas siempre el corazón.

Gracias.