Si hoy en día vas a un concierto y en los prolegómenos suena Ojalá de Silvio Rodríguez, es que va a ser un concierto algo especial.
Efectivamente, no me equivoco. Fue muy especial, al menos, ... para nosotros.
Especial, porque era el regalo de reyes de Laura y Elena. Especial, porque era la primera vez que veíamos a Xoel López en concierto. Ya se nos había escapado unas cuantas veces y, esta era la ocasión. Y especial, porque lo que vimos anoche fue como ver a John Lennon, Raphael, Bob Dylan, Lole y Manuel, Víctor Abundancia, REM, Andrés Calamaro o Juan Luis Guerra. Todo a la vez o todo sobre el mismo escenario. Todo eso y mucho más. O al menos, de todo eso, había anoche reminiscencias sobre las tablas de la París 15.
La salida al escenario de Xoel y sus chicos fue como la de Los Manolos en aquellos lejanos años noventa, con sus coloridos trajes de chaqueta. Los cuatro miembros elegantemente trajeados, para brindarnos una noche soberbia de bachata, cumbia, canción de autor, indie, … sobresaliente.
Nada de arreglos escenográficos ni pantallas con imágenes: buenos músicos y buena música. Y muchas ganas de sentir y disfrutar. No hace falta nada más.
El comienzo, con Albatros, fue como iniciar un vuelo por encima de un mar de emociones y olas. Podíamos divisar una noche maravillosa.
Xoel hizo una exhibición portentosa de su manejo con los instrumentos: voz, guitarra, teclados, percusión. Un viaje por los distintos estilos musicales, de los que lleva mucho tiempo bebiendo, en fuentes del otro lado del charco y de nuestra propia tierra. Un viaje ecléctico y personal, del que el respetable participó de forma más que entusiasta. Me encantó.
Por cierto, el malagueño Sarria abrió la velada de forma más que notable y agradecida.
Anoche, … un relámpago partió mi alma. Es hora de despertar o dormir para siempre.
Gracias, Xoel. Seguiremos tu estela.
Espectacular lo de mi Reme: "Se parece al Paco Er Moro". Otro grande. Mortal!!!
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