Con rigurosa puntualidad estábamos en los aledaños del auditorio como
antaño: maletero abierto, música de fondo, los discos de Manolo que me regaló
mi hermana Flor (detallazo), unas latas de cerveza y una reunión de amigos de
lujo. Era sólo el presagio de la retahíla de emociones que vendrían a
continuación.
Para los que nos gusta Manolo García poco importa el repertorio que vaya
a poner en escena. Sabemos que van a ser casi tres horas de éxtasis y
fraternidad absolutas. Y así fue.
Nada más salir al escenario sonaron los acordes de Insurrección (dónde
estabas entonces...). Nosotros ya estábamos entregados. Siguieron algunos temas
nuevos y un buen puñado de himnos imperecederos de su carrera en solitario,
salpicados de maravillosos guiños a El Último de la Fila (Lejos de las leyes de
los hombres, Lápiz y tinta, Aviones plateados, Llanto de pasión, Sara, A veces
se enciende,..). Delirio absoluto. Emociones desbordadas. Amistad. ¡Qué poder
tan divino y mágico tiene la música!
Manolo recordó su primera actuación en la provincia de Málaga, en Coín.
Recuerdo el cartel del Enemigos de lo ajeno pegado en la puerta del cine
González Marín y mis deseos de verlos. Fueron muchísimos los conciertos que vi
de El Último de la Fila y muchos han sido también los que he visto de Manolo. Inolvidables todos.
Con el paso del tiempo toman un cariz muy especial los primeros
conciertos de El Último de la Fila a los que acudí. El que dieron en el Tívoli,
cuando eran aún unos desconocidos o el que ofrecieron en la Universidad de
Málaga. Ambos con mi amigo Antonio. Y qué decir de aquella inolvidable Noche
Rosa de Fuengirola. Y es que han sido tantos, ...rodeado de los buenos amigos. ¡Qué tiempos y qué recuerdos! En
todos ellos el sentimiento de felicidad y disfrute fueron insuperables.
Después de lo de anoche no me cabe duda de que con Manolo SIEMPRE se
enciende la llama sagrada que tú y yo conocemos.
Manolo, siempre es un regalazo ir a tus conciertos.
Hasta la próxima!!!
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