viernes, 4 de noviembre de 2011

Un trovador imperecedero



Santiago Auserón, un trovador imperecedero

Iba para filósofo. Se licenció 'cum laude' con una tesis sobre Artaud, pero acabó en la cresta de la nueva ola musical en plena movida. Treinta años después de aquel arrebatado enamoramiento de la moda juvenil, de los chicos, las chicas y los maniquíes, Santiago Auserón obtiene como músico el más alto reconocimiento institucional. Se le otorgó ayer el Premio Nacional de Músicas Actuales que concede el Ministerio de Cultura. El resistente, arriesgado y camaleónico Auserón entra con este galardón en un selecto club del que forma parte, entre otros, Joan Manuel Serrat.
El cantante y compositor, líder de la extinta y recordada Radio Futura, reconvertido en el solitario Juan Perro en los estertores de la movida, es todo un superviviente de la escena musical que ha sabido reinventarse cada poco y fundir lo mejor de distantes galaxias sonoras, de los sones latinos al jazz, con gotas de flamenco, blues, soul, rock y pop. No en vano se le premia por su «versatilidad» y por «sus trabajos de investigación y la calidad poética de sus letras». Una versatilidad musical que ha permitido a este camaleón sonoro «transitar del pop de vanguardia al blues, pasando por el danzón y otros sones latinos».

Reconoce Auserón que este premio le ayudará a seguir navegando a contracorriente en medio de la crisis. Para mantener la batalla «por la dignificación de la música» en la que lleva varias décadas. Una disciplina en la que él brilla pero que «sigue por detrás de otras formas de expresión». Piensa seguir en «la tarea de la guerrilla y la resistencia» afrontando el temporal a golpe de los acordes y palabras con los que ha construido uno de los edificios musicales y poéticos más sólidos de nuestra historia musical reciente, «sin dejar de hacer jugadas arriesgadas».

Y es que reconoce Auserón que «las complicaciones son un desafío» para alguien que se propone ofrecer a su público «una imagen de los tiempos que corren», recurriendo «a ideas que no son fáciles» con las que construye «canciones que deben ser transparentes».

Zaragozano de 1954, precoz talento intelectual y musical, Santiago Auserón estudió Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y en la Université de Vincennes, París VIII, antes de entregarse a la música. Es autor de un puñado de canciones que desde los tiempos de la movida se han ido colando en nuestra memoria colectiva. Al frente de Radio Futura, (1980-1992), con su hermano Luis, Herminio Molero y Enrique Sierra, tras el infantil y estridente 'Enamorado de la moda juvenil' que les hizo famosos, sorprendieron a propios y extraños con el pop metafísico de 'La estatua del jardín botánico'. Tema emblema en aquellos años dorados de la música, le sucederían éxitos como 'Semilla negra', 'Escuela de calor', 'Veneno en la piel' o 'Corazón de tiza'.
Unos temas desperdigados por una apreciable discografía que arrancó con 'Música moderna' (1980) y que continuó con 'La estatua del jardín botánico' (sencillo y videoclip, 1982); 'La ley del desierto/ La ley del mar' (1984); 'De un país en llamas' (1985); 'La canción de Juan Perro' (1987); 'Escuela de calor. El directo de Radio Futura' (1989); 'Veneno en la piel' (1990); 'Tierra para bailar' (1992) y 'Memoria del porvenir' (primera antología, 1998).
Radio Futura sería reconocido como el mejor grupo español de los 80 y del último cuarto de siglo por los oyentes de Radio 3 en 2004. Pero para entonces Auserón había sabido reinventarse iniciando su carrera en solitario metido en la piel de Juan Perro, álter ego con el que ha publicado hace poco su quinto disco, 'Río Negro'.
Tomó la alternativa escénica en la gira de 'Kiko Veneno y Juan Perro vienen dando el cante', en 1993. Bajo su nombre perruno grabó en La Habana el álbum 'Raíces al viento' en 1995 y siguió con 'La huella sonora' (1997), 'Mr. Hambre' (2000, año de gira por México y los EE.UU.) y 'Cantares de vela' (2002).

(Diario Sur)

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